“La pianista”
Datos de
la película.
Dirección: Michael Haneke
Producción: Veit Heiduschka
Guión: Michael Haneke
Basada en: La pianista de Elfriede Jelinek
Música: Martin Achenbach
Fotografía: Christian Berger
Montaje: Nadine Muse, Monika Willi
Vestuario: Annette Beaufays
Protagonistas:
Isabelle Huppert (Erika Kohut)
Benoît Magimel (Walter Klemmer)
Annie Girardot (Madre de Erika)
Anna Sigalevitch (Anna Schober, alumna de Erika)
Susanne Lothar (Sra. Schober, Mamá de Anna)
Udo Samel
Dirección: Michael Haneke.
Países: Austria, Francia.
Año: 2001.
Duración: 130 min.
Sinapsis.
Erika es una virtuosa profesora de piano que vive con su madre, una mujer
calculadora y controladora, ésta ejerce una influencia brutal sobre la
pianista, que no puede desarrollarse como mujer, y vive de los deshechos
sentimentales que roba de cabinas de sex shop o de auto-cines. Tan excepcional
y virtuosa es su pasión por el piano como mundana y viciosa su necesidad de ser
amada, ser querida, ser poseída. El descontrol que tiene sobre sus sentimientos
y su propio cuerpo contrasta con la perfección de las melodías de piano. En
definitiva, la protagonista lleva una vida de contrastes, como el que existe
entre las teclas blancas y las teclas negras.
Análisis.
Erika ha renunciado a su libido por una carrera en
la música, por eso ha llegado a vivir su sexualidad de una forma patológica, la
película nos muestra varias secuencias que tienen que ver con ella y en la que
se puede apreciar distintas parafilias como el Voyeurismo y el Sadismo.
Primero con la visita a un sex-shop para ver
películas pornográficas mientras huele los pañuelos de semen dejados por los
anteriores clientes. Después en el autocine donde se nos muestra su gusto por
el voyeurismo (el gusto marcado por observar a personas
desnudas o que están teniendo sexo. Los voyeurs, como se les denomina, suelen
preferir que la persona observada no sepa que la están mirando, y normalmente
no buscan la relación sexual con ésta) y en una escena perturbadora en el baño autolesionándose con una hoja de
afeitar en la vulva.
Más tarde en la escena que presenta la película cuando
un joven alumno (Walter Klemmer) atraído por ella intenta seducirla, Erika le
muestra su tendencia al masoquismo sin que éste pueda entender lo que le
propone. El sadismo, es una conducta o comportamiento
sexual que consiste en infligir sufrimiento físico o psíquico a otra persona
para experimentar excitación y satisfacción sexual.
También la pianista presenta un personaje con algunos rasgos de trastorno de
la personalidad límite e histérica.
Según el DSM-V 301.83 (F60.3), el trastorno
de la personalidad límite es un patrón dominante de inestabilidad de las
relaciones interpersonales, de la autoimagen (sentido del yo) y de los afectos,
e impulsividad intensa, que comienza en las primeras etapas de la edad adulta y
está presente en diversos contextos, en el que se puede incluir comportamiento
de automutilación.
Histeria. Desde la época antigua, se consideró la histeria
como una enfermedad propia de las mujeres, la cual podía manifestarse mediante
cualquier tipo de síntoma y que estaba causada por una gran represión sexual.
La relación entre madre e hija es complicada, se observa la ambivalencia
del amor y odio que llega incluso a la agresión física y psicológica. También
se observa que falto la ley de prohibición de incesto Madre e hija, las cuales
además duermen juntas en la misma cama. La película nos presenta la relación
entre Erika y su madre, más propia de la que se tiene durante la adolescencia,
pero que continúa veinte años más tarde. La madre controla a su hija el horario
de llegada y le recrimina sus gastos, mientras ésta, que a sus cuarenta años
todavía no se ha independizado, responde con una agresividad verbal y física de
una chica de quince años. El reflejo de Erika y su madre lo encontraremos un
poco más tarde en Anna Schober, alumna de Erika, y su madre la Sra. Schober,
convertida en representante de su hija para la que pretende conseguir un futuro
prometedor como pianista y el cual se rompe tras la transferencia que hace
Erika hacia su alumna y a quién corta, razón la cual le impedirá a Anna que
vuelva a tocar piano.
Conclusión.
La lógica del relato parece indicar, pues, que la sexualidad de Erika es la
confirmación de esta secuencia psicológica, a saber, que al no haber vivido su
adolescencia plenamente, con una madre exigente y dominante, ha desembocado en
un desequilibrio emocional e incluso mental provocando serios problemas de
adaptación y de relación con los demás.
Referencias
bibliográficas
Morrison, J. (Pág. 580 y 586). Trastorno
de masoquismo sexual. DSM-V: guía para el diagnóstico clínico. México, D.F.:
Manual moderno.
Ramos, J. (s.f.). La histeria, fundadora del
psicoanálisis. Madrid, España: Centro Psicoanalítico de Madrid. Recuperado de https://www.centropsicoanaliticomadrid.com/publicaciones/revista/numero-20/histeria-fundadora-psicoanalisis/
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